viernes, 2 de junio de 2017

Justicia o venganza (segunda parte)


Cecilio era un alcohólico, un indeseable a quien mi padre quiso despedir por las habladurías que iba propagando sobre él y mi madre, pero aquél le amenazó con acudir al Sindicato y, con lo agresivo que era, a mi padre no le quedó más remedio que soportarle. 

―Si supiera cómo Cecilio miraba a su señora madre, que Dios la tenga en su gloria, incluso delante del resto del personal. Y no digamos los comentarios que hacía y que no me atrevo a repetir. En cuanto a lo ocurrido aquel día, pienso que él intentaría propasarse y, al ser rechazado, se vengó acuchillándola con esa navaja que siempre llevaba encima. Como iría borracho, como siempre, debió dejarse olvidada el arma, o se le debió caer, y luego no recordó con claridad lo que había pasado.  

Conociendo yo la identidad del asesino, quise saber si Manuel me estaba contando todo lo que sabía.

―Según usted, ¿creyó mi padre que Cecilio fue el asesino? ―le pregunté.
―Pues claro que sí. Las pruebas lo demostraron. Si lo hubiera despedido, como le insistí, no estaríamos ahora lamentando la muerte de su querida madre. Después, entre esto, las habladurías, y su enfermedad, su padre dejó de ser el mismo. Se convirtió en un hombre totalmente distinto.

―¿Enfermad? ¿Qué enfermedad?―inquirí, sorprendido. 

Tras un suspiro y un largo trago de vino, Manuel me dirigió una mirada de conmiseración y, al ver que yo le animaba con la mía a continuar, me contó lo que mi padre también me había estado ocultando.

―Su padre enfermó hace algo más de un año. Le descubrieron un tumor en la cabeza. No se lo quiso contar a nadie. Sólo a mí me lo confió y me hizo jurar que guardaría el secreto. Está muy mal. Según me dijo, le dieron muy poco tiempo de vida. Últimamente incluso desvaría. Quizá eso de marcharse, así sin más, tenga algo que ver.

¿Un tumor cerebral? No supe qué decir. Otra cosa que añadir a la lista de sorpresas. 

―Entonces, ese cambio que dice usted haber observado en su carácter podría ser, en realidad, una consecuencia de ese tumor ―argumenté.
―No lo creo. Su carácter cambió mucho antes, cuando empezó a sospechar que su mujer le era infiel. Me dijo que la notaba fría, que ya no era la mujer cariñosa que había sido, que tenía que haber un hombre de por medio. 

―Cecilio ―le interrumpí.
―¿Cecilio? No. Otro hombre. Ya le he dicho que su padre sabía lo que iba contando ese desgraciado, pero no creía ni podía imaginarse siquiera a su esposa en brazos de un tipo como aquél. 

Aquel hombre parecía saber mucho, pero no todo lo que decía se correspondía con la verdad, por lo menos con la que yo ahora conocía. Según mi padre, don Eusebio era el amante de mi madre y a quien en realidad quería ver muerto. Quizá ahora, sabiéndose gravemente enfermo, ya no le importaba que le prendieran por haberse tomado la justicia por su mano y había ido a su encuentro. Si el capataz, que había sido el confidente de mi padre, sabía tanto, cómo no mencionaba el nombre de ese supuesto amante. Así que seguí sonsacándole.

― ¿Y qué me puede decir de don Eusebio?
―Yo sólo sé algunas cosas y porque me las contó su padre cuando todavía confiaba en mí. Sé que don Eusebio y el tenían una enemistad desde que eran jóvenes. Y no es ningún secreto que entre ambos existía una rivalidad por culpa de su señora madre. Pero no sé nada más. Si quiere, vaya a hablar con él.

Don Eusebio era ―eso sí que lo sabía― el peor enemigo de mi padre y el hombre más rico de la comarca, alguien que, según me contaron, se había hecho a sí mismo. De pronto, me vino a la mente que, en una ocasión, de niño, estando mi madre y yo en el pueblo, pasó ante nosotros un coche negro, de esos que sólo los ricos o los políticos poseían. Y entonces, con un cierto aire de nostalgia, me dijo:

―¿Ves a ese hombre que va en ese cochazo negro? De jovencitos estuvimos enamorados, pero mi padre no le concedió mi mano. En mi juventud, los pretendientes tenían que solicitar permiso al padre de la chica con la que querían casarse. El caso es que mi padre se opuso porque, según él, era un don nadie. Y mira ahora dónde ha llegado. De todos modos, éramos muy jóvenes y quién sabe si lo nuestro, de haber aceptado mi padre, hubiera funcionado. Dicen que es un hombre amargado. Nunca llegó a casarse.

Yo era entonces un niño y los años me hicieron olvidar ese episodio. Hasta ahora. De pronto, una serie de dudas me asaltaron como el ladrón al desprevenido viandante. ¿Estaría mi madre todavía enamorada de ese hombre? ¿Y él, estaría todavía enamorado de ella y por eso no se había casado? ¿Habrían tenido ambos un affair? ¿Lo descubrió mi padre y los celos le cegaron hasta el punto de matar a su mujer adúltera? Pero si eso fuera cierto, ¿por qué le hizo pagar su crimen a un inocente?

Estos pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Manuel quien, como si me hubiera leído la mente, añadió:

―Cecilio pagó por lo que había hecho. Todos le creímos culpable porque lo era. 
―¿Y cree usted que don Eusebio podría ser ese otro hombre con el que, según mi padre, le era infiel mi madre? ―pregunté para saber hasta qué punto Manuel conocía toda la verdad.
―Mire, no quiero meterme en lo que no es de mi incumbencia pero ya que me pregunta le diré que don Eusebio estaba enamorado de su madre, o más bien debería decir obsesionado. Pero es todo un señor y nunca he creído, a diferencia de su padre, en las malas lenguas que aseguraban que había habido algo entre ellos.

Por lo visto, mi madre había sido el objeto del deseo de dos hombres: un canalla misérrimo y un caballero riquísimo que, además, había sido el amor de su juventud. Pero yo no sabía hasta qué punto Manuel me contaba o sabía toda la verdad. Llevaba trabajando para mi padre muchos años ―de hecho, yo le recordaba en la finca desde que tuve uso de razón― pero, o todo lo que afirmaba era de dominio público o mi padre le había hecho demasiadas confidencias. Aún así, no parecía estar al corriente de lo realmente sucedido.

Decidí, pues, ir a hablar con don Eusebio, sobre todo después de sospechar que mi padre también podía haberle hecho una visita. Quizá había decidido, por fin, enfrentarse a su rival. A fin de cuentas, estando cerca su muerte, ya no tenía nada que perder. Esperaba no llegar demasiado tarde. 

CONTINUARÁ



32 comentarios:

  1. Más interesante lo dejas, Josep Mª! Muy intrigado me tiene esta historia, a ver que pasa! Un abrazo! ; )

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    1. Veo (o por lo menos intuyo) que has llegado sano y salvo, jeje
      Bueno, también veo que he sido capaz de mantener la intriga, lo cual me complace mucho. En la siguiente entrega se acaba esta historia familiar. Espero no defraudaros.
      Un abrazo.

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  2. Muy buena continuación Josep Maria, :)
    Una familia que en su representación inicial estaba unida y había mucho amor entre sus integrantes, resulta que solo aguardaba oscuros secretos.
    ¿Nos los descubrirás pronto?

    Un abrazo, ;)

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    1. Esa unión idílica se desequilibró por culpa del peor enemigo de una pareja: los celos. Pero ¿tenía el padre motivos para sentirlos? Continuará... pronto :))
      Un abrazo!

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  3. Una familia que esconde un turbio pasado de bajas pasiones y venganzas.
    ¡Esto está que arde! Eres el maestro del misterio Josep.
    Un abrazo
    Y a por la tercera.

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    1. Los crímenes pasionales siempre se apoyan en los bajos instintos. Hay quien cree que la venganza los serena, pero más bien atormenta al vengativo.
      Me alegro, Francisco, que haya sido capaz de crear el grado de misterio necesario para que deseéis conocer el desenlace.
      Y a la tercera va la vencida :)
      Un abrazo.

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  4. Muy interesante Josep, veremos que nos traes en la próxima entrega, pero sea lo que sea, estará genial :)))
    Un abrazo y buen fin de semana.

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    1. Esta vez, Elda, conozco el final desde la primera entrega, no como en algunas ocasiones anteriores en las que he ido improvisando sobre la marcha. Lo que sí he hecho es cortar por donde he creído que podía mantener el suspense, jeje
      Muchas gracias por la paciencia de seguir, entrega a entrega, mis historias.
      Un abrazo y que tengas también un buen fin de semana.

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  5. Pues veremos cómo acaba este asunto Josep.

    Abrazos

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    1. Pues no tiene pinta de acabar muy bien, o al menos a gusto de todos, pero procuraré no dejar ningún cabo suelto.
      Abrazos de vuelta, Gildardo.

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  6. Lejos de desenredarse, la trama da nuevos giros y añade colores a su paleta. De conversación en conversación, entre confiendencias y medias verdades, vamos conociendo los datos de la historia. Qué gran mujer debió ser ésa que tenía enamorados a tres hombres, contando a su marido. Yo creo que no era infiel, pero a ver qué has dispuesto tú como autor... :)

    Una continuación a la altura de las expectativas creadas, Josep, y eso que eran muy altas. ¡Espero con ganas la continuación!

    Un abrazo de finde.

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    1. El joven protagonista quiere desentrañar toda la verdad pues, al igual que tú, no cree que su madre fuera una esposa infiel. También le cuesta creer que su padre, un hombre tan recto, pudiera cometer un crimen tan terrible y, de haberlo hecho, quiere saber el porqué (esa pregunta tan trascendental para muchos, jeje).
      Muchas gracias, Julia, por tu elogioso comentario. Si disfruto con la escritura de una historia, leyendo críticas como esta me llena de satisfacción.
      Un abrazo y feliz finde que, aquí, en Cataluña, es más largo pues el lunes (segunda Pascua) es festivo.

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  7. Pasión, misterio, suspense lo tiene todo, un muy buen relato y con un final que se sin duda se que me va a sorprender. Gracias por hacernos pasar un rato muy agradable ya que yo soy gran aficionada a la novela negra y de suspense, es el genero que mas me gusta. un abrazo Josep y espero impaciente la tercera y última parte. TERE.

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    1. Muchas gracias, Tere, por tu entusiasmo, que espero no defraudar tras la publicación del tercer y último capítulo. Me alegro que, de momento, la lectura te resulte agradable.
      Un abrazo.

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  8. Cecilio, Esteban... A ver cuál de los dos, o si todavía escondes un as en la manga! Desde luego los conflictos familiares son una mina para escribir. Un abrazo!!

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    1. Todo anda entre hombres; unos rencorosos, otros celosos, y algunos en la zona oscura. Las sagas familiares han dado siempre para mucho, jeje.
      Un abrazo.

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  9. Otra propuesta literaria para entretenerme entre los calores veraniegos... ¡maravilloso! No podré ,desgracia para mí, leerla semana a semana porque voy a estar sin internet pero procuraré pasarme y leerme cada vez que entre todos los capítulos que tenga atrasados ^^

    Por lo pronto, deja que te diga que pienso que la historia de Cecilio no debería ser tan sencilla como parece :D

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    1. Muchas gracias, Holden por tu interés. Pero, sobre todo, no te estreses, todo se andará. Además, esta historia es muy breve. Solo un capitulo más y listo.
      Me temo que a historia de Cecilio ya está escrita con letras de sangre.
      Un abrazo.

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  10. Me encanta, Josep. A ver que le cuenta don Eusebio. No me fio nada nada de ese Manuel. La cosa está que arde...

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    1. Seguro que don Eusebio tiene la clave de lo ocurrido, pero habrá que esperar a la visita. YO tampoco me fío mucho del capataz. A ver qué resulta de todo esto, jeje.
      Un abrazo, Paola.

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  11. Hola Josep, me he leído los dos capítulos de tu narración y estoy de lo mas intrigada y a la espera de lo que pueda contarle don Eusebio.
    Un abrazo.

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    1. Hola Conchi.
      Me gusta intrigar a la gente, así que me alegro mucho de haberlo conseguido, jeje
      Veremos qué cuenta ese don Eusebio que, hasta ahora se ha mantenido al margen.
      Un abrazo.

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  12. Intrigante relato; volveré a leer la tercera parte porque tu forma de narrar incita a llegar hasta el final. De momento no sospecho de ninguno, ni siquiera de Cecilio. A ver qué sorpresa nos tienes preparada.

    Un abrazo.

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    1. Hola Fanny!
      Sin llegar hasta el fina, esta historia quedaría coja, así que no te queda más remedio que leer la próxima entrega para cerrarla.
      Un abrazo.

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  13. Vamos a ver la intriga y dónde nos lleva la historia de estos amores que van apareciendo. Un abrazo

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    1. Pues me temo que no van por buen camino. Pero no quiero desvelarte el desenlace antes de tiempo. Tendrás que averiguarlo por ti misma, jeje.
      Un abrazo.

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  14. La pobre madre de tu protagonista lo de tener tantos pretendientes lo pagó caro, aunque aún no se sabe quién la mató, está claro que tanto enamorado/obsesionado rondando tuvo consecuencias fatales ¿o no?
    Me voy a ver si tengo razón leyendo la última parte.
    Más besos.

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    1. En esta historia, ser una mujer bella le trajo muy malas consecuencias, y todo por culpa de la bajeza humana. El deseo, la envidia, los celos, todo converge en un ambiente rural donde el hombre es dueño y señor. LO que esta claro es que la pobre mujer sufrió las consecuencias. Pero ¿qué hay detrás de ese horrible crimen? Tatachaaan ;)
      Espero que la última parte no te decepcione.
      UN abrazo.

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  15. La trama se va desvelando y la intriga se mantiene. Muy buena continuación, Josep.
    Abrazo!!!

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    1. Muchas gracias, Mª Jesús, por tu comentario. Me alegra que te siga intrigando esta historia de intriga, valga la redundancia :)
      Un abrazo.

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  16. Me voy a leer el desenlace que ardo en deseos de saber qué pasó...
    ¡Hasta ahora mismo!

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    1. No corras, no corras, que el tercer y último episodio sigue ahí, esperándote :)
      Un abrazo, Chelo.

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